testimonio

La sinfonía de los locos

La sinfonía de los locos

Los cristianos, para ser «luz del mundo», no deben tener la pretensión de brillar. Deben olvidarse de la ilusión de dar luz a los otros con la propia inteligencia. E intentar desterrar la oscuridad y el caos que nos rodea con una pizca –abundante– de locura. Se trata, en sustancia, de borrarse del club de los sabios de este mundo y pedir la admisión en el de los necios.