Jesús, místico y revolucionario

Jesús fue un revolucionario que no se convirtió en extremista, ya que no ofrecía una ideología sino a sí mismo.

 
Cristo como Salvador, Andrei Rublev

Cristo como Salvador, Andrei Rublev

 

Tengo la creciente convicción de que en Jesús los caminos místicos y revolucionarios no son opuestos, sino dos lados del mismo modo humano de experimentar la trascendencia. Me convenzo cada vez más de que le conversión es el equivalente individual de la revolución. Por lo tanto, cada verdadero revolucionario se enfrenta al desafío de ser un místico en el corazón, y aquel que camina la senda mística está llamado a desenmascarar la cualidad ilusoria de la sociedad humana. El misticismo y la revolución son dos aspectos del mismo intento de provocar el cambio radical. Ningún místico puede evitar transformarse en crítico social, y que en la propia reflexión descubre las raíces de una sociedad enferma. De igual modo, ningún revolucionario puede evitar enfrentarse a su propia condición humana, ya que en el medio de su lucha por un mundo nuevo encontrará que también lucha por sus propios miedos reaccionarios y falsas ambiciones. 

 

Los místicos, así como los revolucionarios, deben liberarse de las egoístas necesidades de una existencia protegida y enfrentar sin miedo su propia vida miserable y la del mundo que los rodea . . .

 

Para un cristiano, Jesús es aquel en quien se ha manifestado verdaderamente que la revolución y la conversión no pueden separarse en la búsqueda humana de la trascendencia. La presencia humana de Jesús en medio de nosotros ha vuelto innegablemente claro que cambiar el corazón humana y cambiar la sociedad humana no son tareas separadas, sino que están tan unidos como los dos maderos de la cruz. 

 

Jesús fue un revolucionario que no se convirtió en extremista, ya que no ofrecía una ideología sino a sí mismo. También fue un místico que no utilizó su íntima relación con Dios para evitar los males sociales de su tiempo, sino que sorprendió a los suyos al punto de ser ejecutado como un rebelde. En este sentido, Él también sigue siendo camino de liberación y libertad para los hombres y las mujeres de la era nuclear. 

 

Henri Nouwen, El sanador herido