El Salterio y el canto cristiano

Que gobierne en sus corazones la paz de Cristo, a la cual fueron llamados en un solo cuerpo. Y sean agradecidos. Que habite en ustedes la palabra de Cristo con toda su riqueza: instrúyanse y aconséjense unos a otros con toda sabiduría; canten salmos, himnos y canciones espirituales a Dios, con gratitud de corazón. Y todo lo que hagan, de palabra o de obra, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él.
— Colosenses 3:15-17 NVI

El libro de los Salmos fue el primer himnario del pueblo cristiano. Los cristianos no sólo entonaron salmos sino que también compusieron nuevos cantos para adorar a Dios y hablar acerca de Jesús (cf. Filipenses 2:6-11). Hoy en día las alabanzas se ven empobrecidas porque no han bebido de la fuente de la espiritualidad: los salmos. Acá les ofrezco una pequeña introducción a los salmos.

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Así que tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios, sino como sabios, aprovechando al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos. Por tanto, no sean insensatos, sino entiendan cuál es la voluntad del Señor. No se emborrachen con vino, que lleva al desenfreno. Al contrario, sean llenos del Espíritu. Anímense nos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales. Canten y alaben al Señor con el corazón, dando siempre gracias a Dios el Padre por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
— Efesios 5:15-20

Salmos, ψαλμοῖς; himnos, ὕμνοις; canciones espirituales, ᾠδαῖς πνευματικαῖς.

 

            Salmos, ψαλμοῖς – un salmo de la Biblia hebrea, un himno cristiano

 

            Himnos, ὕμνοις – un himno, un canto de alabanza

 

            Canciones espirituales, ᾠδαῖς πνευματικαῖς – una canción con contenido espiritual

 

Salmos, himnos y canciones espirituales – tres términos que encierran una sola idea: himnos cristianos. Estos tres términos hacen más referencia a la letra que a la melodía ya que para los primeros cristianos, lo importante no era la melodía sino el mensaje de las canciones.

 

El libro de los Salmos [1]

 

En la Torá (el Pentateuco), los primeros 5 libros de la Biblia, Yahvé se presenta al pueblo de Israel. En los Salmos, que también son 5 libros, el pueblo se presenta ante Yahvé, Dios de Israel.

 

            Los libros de los Salmos son ordenados de la siguiente manera:

 

            Libro I             1-41

            Libro II           42-72

            Libro III          73-89

            Libro IV          90-106

            Libro V           107-150

 

Los primeros dos salmos sirven como introducción al libro.

 

Cada libro termina con una doxología, unas palabras de alabanza.

 

            41:14; 72:18-19; 89:53; 106:48; 145:21 ó 145-150

 

Los primeros dos salmos sirven de introducción para el Salterio.

 

El Salterio es una colección de colecciones de salmos.

 

            Colección davídica                 Salmos 3-41; 51-72; 138-145

            Colección de Coré                  Salmos 42-49; 84-85; 87-88

            Colección elohísta                   Salmos 42-83

            Colección de Asaf                   Salmos 73-83

            Canciones de las subidas*       Salmos 120-134

 

*También conocidas como cánticos graduales o cánticos de los peregrinos.

 

Nota importante: la enumeración del Salterio aparece de diferentes maneras en distintas traducciones. La mayoría de Biblias protestantes siguen la enumeración del texto hebreo mientras algunas Biblias católicas siguen la enumeración de la Vulgata Latina. Por lo tanto, la enumeración puede esquematizarse así:

 

TM (Texto Masorético)                  LXX (Septuaginta) – Vulgata Latina

 

Salmos 1 – 8                                    Salmos 1 – 8

Salmos 9 – 10                                  Salmos 9

Salmos 11 –113                               Salmos 10 – 112

Salmo 114 – 115                              Salmo 113

Salmo 116                                        Salmos 114 – 115

Salmos 117 – 146                             Salmos 116 – 145

Salmo 147                                        Salmos 146 – 147

Salmos 148 – 150                             Salmos 148 – 150

 

La enumeración de los versículos en los Salmos difiere según la traducción. En la BNP, la primera doxología que cierra el primer libro aparece en v. 14 mientras que en la NVI y en la RV60, aparece en el v. 13. Esto es debido a que el TM (Texto Masorético) o texto hebreo coloca el título que procede el Salmo como el primer versículo mientras que otras traducciones (modernas y mayormente protestantes) señalan al primer versículo como el comienzo propio del salmo.

 

Fecha y autoría: los salmos fueron escritos a través de mil años, fueron redactados luego de haber sido escritos y fueron ordenados en el libro por diferentes editores. Sólo porque un salmo está atribuido a David, no nos da la seguridad que lo haya escrito David. Es probable que los salmos hayan sido introducidos de manera oral en la adoración y oración hebrea antes de pasar a la tradición escrita.

 

El libro de los Salmos puede entenderse como un microcosmos literario del Antiguo Testamento. Vemos salmos que alaban la Torá o la Ley de Yahvé (1, 19, 119); otros que hablan de la creación y del pacto (104 y 89 respectivamente); la introspección teológica de los salmos con la narrativa histórica del pueblo de Israel (105, 106); la sabiduría (37, 49, 73) y también vemos que los salmos fueron tratados también como parte de la tradición profética que anunciaba la venida el Mesías y su reino.

 

Géneros de los salmos: según algunos eruditos, existen principalmente tres géneros de salmos: alabanza (acción de gracias), lamento y sapienciales o de sabiduría. También existen subgéneros como salmos penitenciales (51); salmos reales (72); salmos de Sión (48); salmos de peregrinaje (128); salmos de la Torá (119).

 

Brueggemann y Bellinger proponen cinco géneros fundamentales:

 

1.     Lamentos individuales y comunitarios: estos salmos deriven de una crisis de fe de una persona (enfermedad, una falsa acusación) o de la comunidad de fe (guerra o hambruna). Estas oraciones se dirigen al Dios de Israel, describen la crisis y piden auxilio. Mayormente las oraciones terminan con una conclusión positiva.

 

2.     Himnos de alabanza: estos salmos ofrecen adoración y alabanza a Dios como creador y redentor. Comienzan con un llamado a la congregación a alabar a Dios y concluyen con un llamado similar. El cuerpo del salmo articula las razones por las cuales la comunidad debe adorar a Dios.

 

3.     Salmos de acción de gracias individuales y comunitarios: Estos textos narran la historia de cómo una persona de fe o la comunidad ha sido rescatada de una crisis, en el contexto de alabanza y gratitud a Dios por la redención.

 

4.     Salmos reales: estos textos encuentran su origen en varios eventos de la vida del rey davídico en Jerusalén tal como batallas o la coronación real. Este grupo de salmos se distingue más por su trasfondo que por sus características literarias.

 

5.     Salmos sapienciales: estos salmos probablemente derivan de los círculos de sabiduría en el antiguo Israel y reflejan su pensamiento visto también en el libro de Proverbios.

 

Mowinckel resalta el hecho que varios salmos fueron compuestos para el uso en el culto de Israel en el templo. El templo era visto como un lugar especial con una mayor manifestación de la presencia de Yahvé. El performance de los salmos fue realizado en el culto para permitir a las nuevas generaciones recrear la historia de la salvación y así participar de lo que Dios estaba haciendo en medio de ellos. Obviamente, el uso de los salmos cambia luego del exilio ya que no se realizaban cultos en el templo de Jerusalén.

 

Muchos de los salmos pasan de súplica a alabanza, de lamento a acción de gracias.

 

Raramente un salmo contiene dos géneros muy distintos.

 

Los títulos de los salmos: de los 150 salmos, 116 aparecen con títulos. Algunos salmos mencionan el nombre del autor, una nota acerca de la dirección musical, a veces un género musical y a veces su contexto histórico (cf. los Salmos 59 y 60). Por ejemplo:

 

Al director musical. Sígase la tonada de «No destruyas». Mictam de David, cuando Saúl había ordenado que vigilaran la casa de David con el propósito de matarlo (59:1).

 

A pesar de que los títulos aparezcan en el texto hebreo (por lo menos desde el segundo siglo a.C.), no hay motivos para pensar que los títulos pueden atribuirse a los autores de los salmos. A veces la atribución de un salmo a un autor o situación histórica es una reinterpretación del salmo o un salmo escrito en honor al Rey David o en el estilo de David.

 

El uso de los Salmos: No todos los salmos son oraciones. De hecho, algunos salmos son más didácticos (son usados para enseñar). Los salmos sapienciales (o de sabiduría) no son dirigidos a Dios sino al pueblo. Hay salmos que difícilmente podríamos tomar para orar nosotros (cf. 59:11-12; 109:6-15; 137:8-9). Cuando Jesús nos da una oración modelo, no nos ofrece un salmo sino el Padrenuestro (Mateo 6:9-13). A pesar de que algunos salmos nos podrían servir como material para saber cómo y por qué orar, no debemos pensar que estén en la Biblia únicamente como ayudas devocionales.

 

La poesía hebrea: es conocida en particular por un recurso literario importante: el paralelismo. A veces el paralelismo señala similitudes o contrastes respectivamente:

 

            Los cielos proclaman la gloria de Dios,

            el firmamento pregona la obra de sus manos (19:2).

            Porque el Señor se ocupa del camino de los justos,

            pero el camino de los malvados se disolverá (1:6).

 

A la hora de interpretar el salmo, se debería prestar atención a su ubicación en el libro (en cuál colección se encuentra), su ubicación entre los demás salmos (cuáles salmos lo procedan y cuáles lo siguen), su título o anotaciones musicales si es que tiene, sus formas poéticas y su lenguaje literario.



[1]En este estudio, todas las referencias corresponden a la traducción de la Biblia de Nuestro Pueblo por el erudito, Luis Alonso Schökel para evitar mayores confusiones. https://bibliadenuestropueblo.com

 

La agrupación, Melodías del corazón IDC me invitó a dar un taller sobre el canto cristiano.

Acá comparto la presentación en PDF y también la grabación de la conferencia.

Abajo comparto una bibliografía para seguir reflexionando con los salmos.

 

Bibliografía

 

Bonhoeffer, Dietrich. (2010). Los Salmos. El libro de oración de la Biblia. Bilbao: Desclée de Brouwer.

 

Breneman, Mervin, Joyce E. Every-Clayton, Selma Almeida Rosa y Edesio Sánchez Cetina. «Salmos» en C. René Padilla, Milton Acosta y Rosalee Velloso. (2019). Comentario Bíblico Contemporáneo. Estudio de toda la Biblia desde América Latina. Buenos Aires: Editorial Certeza Unida.

 

Brueggemann, Walter. (2014). From Whom No Secrets Are Hid: Introducing the Psalms. Louisville, KY: Westminster John Knox Press.

 

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Brueggemann, Walter y William H. Bellinger, Jr. (2014). Psalms. NCBC. New York: Cambridge University Press.

 

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Collin, Matthieu. (2004). El libro de los salmos. Cuadernos bíblicos, 92. Navarra: Editorial Verbo Divino.

 

García Cordero, Maximiliano y Gabriel Pérez Rodríguez. (1967). Biblia comentada. IV. Libros Sapienciales. 2da ed. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos.

 

Kraus, Hans-Joachim. (2009). Teología de los Salmos. 3ra ed. Salamanca: Ediciones Sígueme.

 

Larrañaga, Ignacio. (2006). Salmos para la vida. Buenos Aires: Paulinas.

 

Lewis, C.S. (2010). Reflexiones sobre los Salmos. Barcelona: Editorial Planeta.

 

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Morla Asensio, Víctor. (1994). Libros sapienciales y otros escritos. Navarra: Editorial Verbo Divino.

 

Pagán, Samuel. (2007). Comentario de los Salmos. Miami: Editorial Patmos.

 

Pagola, José Antonio. (2017). Salmos, para rezar desde la vida. Buenos Aires: PPC Cono Sur.

 

Ravasi, Gianfranco. (2011). Una comunidad lee los Salmos. Bogotá: San Pablo.

 

Ruiz, Elleuterio R. (2010). Los pobres en los salmos. Herramientas para el estudio de la poesía hebrea. Buenos Aires: San Pablo.  

 

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